Hace un año escribí un poema navideño basado en "Un Cuento de Navidad" por Charles Dickens, una de mis historias favoritas. Todos los años no tardo en ver una adaptación de esta gran historia, mi favorita es "The Muppets Christmas Carol". Un día me dije a mi mismo: "Mi mismo ¿Y por que no me te avientas una adaptación tu también?" Y asi surgio "Un Increíble y Para Nada Ficticio Incidente de Navidad". Este año me dije a mi mismo otra vez "Mi mismo ¿Y por que no narras tu?"Así que decidí hacerlo en forma de audio, con efectos de sonido y toda la cosa. Así que. si te sobran unos 15 minutos, aquí te presento esta pequeña historia, llena de humor y corazón.
¡Para todos mis amigos, con mucho cariño!
*Solo dale 'Play'*
Un
Increíble y Para Nada Ficticio Incidente de Navidad
Por Oscar Rodríguez.
Era
la noche antes de navidad, y dentro de un helado hogar,
se
escuchaba con claridad, en la computadora teclear,
al
gruñón Oscar Rodríguez y su estado actualizar.
"¿Navidad? ¡Pamplinas!", escribió con
dedos entumecidos,
"Época de sonrisas falsas y espíritus vacíos"
Se
fue a dormir tranquilo, como si de cualquier día se tratara.
Y
al acostarse con sigilo, un ruido escuchó con congojo
"Espero no sean villancicos, ¡por qué en agua los
remojo!"
Bajó
a la sala con cautela, en pijamas con botones,
y
cualquiera que lo viera, en tan ridículo atuendo,
diría
que de un circo estupendo se extraviaron pantalones.
Entonces,
una aparición se presentó de repente,
era
el fantasma de Frank, que tenía en su subconsciente.
"Oscadh Andhes Dhodhiguez, ¡te hadhs pothadho madh!,
estha dhoche thes fantdhasmas the habdhan de visithad"
Espantado
en un rincón, Oscar pregunto alucinado,
"¿Eres una aparición, o el pavo estaba mal cocinado?"
"Un fantadhsma edhs lo que dhsoy, dhsegun esthe poema,
y podh edhso ya me voy, ¡habladh en dhima es un pdhoblema!"
Y
aunque la rima le salió, el espíritu ya no estaba,
solo
"Woodhadhe" gritó, y antes de que
exclamara,
si
amigo de el por siempre Oscar querría ser,
en
el aire se desvaneció, cumpliendo con su deber.
"¿Tres fantasmas?" dijo Oscar, de lo que pudo entender,
"Puede que sea a las doce, ¿A qué otras horas ha de
ser?"
Y
a las nueve cincuenta y nueve, se dejó aparecer,
brillante
como la nieve, el fantasma del ayer.
¡Te llevaré a pasadas edades!, dijo el espíritu brillando,
Pues de pasadas navidades soy el fantasma andando
Y la tarea que me ha tocado, es llevarte al momento cuando,
en tu niñez la navidad, malgastabas distanciado.
Oscar
respondió enojado, "¿Pues que esto no era a
las doce?",
"¡Ah caray me he equivocado! Perdona, reloj no tengo",
"Ese es un error muy grave para un viajero en el
tiempo"
"Y mientras, ¿qué hacemos?" dijo el
espíritu apenado,
"Una película vemos, hago un café y luego nos vamos"
Y
después de algún tiempo, se levantó el espíritu apresurado,
"¡Es hora ya de irnos, es la misión que se me ha
dado!"
"Espérate tantito, ¡los créditos no han terminado!"
Pero
el espíritu no hizo caso, y volando a través del tiempo,
velozmente
y sin descanso, cayeron en solitario campo,
que
lleno de nieve blanca, un pequeño corriendo pasa,
para
hacer un mono de nieve y presumir después en su casa.
"Ese niñito de ahí, ¡soy yo!" dijo Oscar
sonriente,
"Y ahí van mis amigos, esa bola de
dementes"
Y
a lo lejos el escuchó, que le decían a su pequeño yo:
"Vámonos todos
juntos, a jugar en el parque a 'las traes'"
"Yo no quiero, tengo frio, ¡váyanse y déjenme en paz!"
Sus
amigos se alejaron y Oscar dijo confundido,
"Después de eso jamás me hablaron, esa bola de
engreídos"
"¿Sera que cómodo estabas en tu soledad bienvenido?
Y abstraído, te perdías, las sonrisas y alegrías"
"Pero eso no ha sido todo, lo mejor no ha acontecido"
"¡Tu tiempo se acabado!, ¿que no ves que...? ¡ya se ha ido!
Dijo
Oscar al fantasma que había desaparecido.
"Este espectro fantasioso, pensó haberme engañado,
haciéndome creer a mí que en el tiempo había viajado,
tal vez con un video, que mi padre pudo haber grabado."
Dormir
quiso absolutamente, cuando se presentó otro fantasma necio,
"Soy el fantasma de la navidad presente, y te he traído un
obsequio.
una visión del hoy que te pierdes por tu desprecio"
Lo
llevo entonces a la tarde de ese mismo día,
cuando
con Vicente Nario se encontró con agonía,
pues
era su travesía cruzar la calle del vecindario.
En
sus manos el cargaba, una caja colorida,
un
obsequio en ella estaba, para su nieta querida.
"¿Ese anciano otra vez?" dijo Oscar
malhumorado,
"A su edad de caduquez debería estar descontinuado"
Y
mirándolo cruzar, la calle con dificultad,
el
Oscar del presente, por un lado corrió sin pensar
en
la necesidad del viejo de a su humilde casa llegar,
pues
podría ser para él, su última navidad.
El
encuentro repentino, hizo al viejo soltar el presente,
mientras
un coche andantino destrozo su regalo cruelmente.
"¿Es que esto… no lo sabías?" dijo el espíritu
denunciador.
"Jamás me hubiera enterado, ¡de no ser por el
narrador!"
"Muchas veces no ayudamos al prójimo por pensar
que quizás algúna otra alma, de él se podría ocupar."
"Vayamos a buscar al pequeño Juanelo Jones"
"¿El vecino que juguetes a mí siempre me pidió?"
"No solamente juguetes, sino cariño y afecto."
Míralo jugando solo en su lugar predilecto.
Y
llegaron a una pendiente que procuraba Juanelo,
donde
Oscar con desvelo, esperaba impacientemente,
de
la escuela el autobús que pasaría rápidamente,
mientras
el pobre inocente terminaba con desconsuelo,
tratando
de buscar sonriente, jugar con Oscar diariamente.
"Ese niño no tiene sosiego.
¡Yo ya no estoy para el juego!"
"¿Y cuándo lo has estado? Siempre buscas algo que hacer,
te apartas del necesitado
y el daño que has causado,
no lo pudiste entender."
"Mira que el pobre Juanelo, hijo único es de familia,
amistad busca con anhelo, y por ella está en vigilia,
pues ningún niño en la escuela le ha sido cercano.
Tu presencia le recuerda a la de un posible hermano"
"Eso no lo había pensado." dijo Oscar al
comprender
"¿Sera que a la gente le falta lo que uno no puede
ver?"
Por la ceguera hemos pasado, muchas veces sin querer,
del mundo hemos ignorado, la alegría que podemos proveer.”
"Y ahora te dejo en paz, pues el poema va para largo,
me pase de mis estrofas, y a ti te falta un trago amargo."
Y
en un abrir y cerrar de ojos, regreso a su habitación.
Y
cerca de la ventana, con tristeza reflexionó,
en
la alegría que a los otros había negado su corazón.
Y
llego el tercer fantasma, sin avisos, sin
bromear,
vestido
con una capucha, para su rostro ocultar.
Sus
manos eran de anciano. Su presencia desafiante.
Solamente
de la mano, pudo Oscar presentarse.
"De todos los espectros, eres el más aterrador"
Con
su dedo acusador, señalo un sendero recto,
dirigiendo
amenazador hacia el último trayecto.
Callado
y sin discutir, Oscar quiso proseguir.
Él
era el Fantasma de la Navidad Por Venir.
Y
viajaron al futuro, como lo habían de imaginar.
Solamente
que muchos años en el tiempo habían de pasar.
Y
por los aledaños de aquel congelado lugar,
oyeron
la conversación de dos hombres al pasar.
"No había ni
siquiera un alma en el pobre funeral"
"Ni siquiera su
familia, que sería lo más habitual"
"El hombre era
insoportable, decían sus conocidos"
"Muy creíble es
que su muerte, los dejara agradecidos."
Curioso
Oscar susurrando le dijo a la aparición:
"¿Quién será este hombre, que causo tal desazón?"
El
fantasma no respondió, y siguió caminando,
y
Oscar se incorporó y lo siguió sin descanso.
Descubrió
entonces que llegaron, a una casa vacía,
que
por los malos cuidados en pedazos se deshacía.
"El buzón dice Rodríguez. ¿Es aquí donde yo viviría?"
Vivir
es un verbo amplio, el espíritu diría,
de
no ser porque sin palabras, el fantasma se expresaría.
Llegaron
al recinto, donde vivirá el Señor Rodríguez,
El
lugar era distinto, iluminaron los candiles,
Y
Oscar dijo por instinto, una queja casi inaudible.
"¿Es que acaso en el futuro, la luz eléctrica no
sirve?"
Las
paredes vacías, los pasillos tenebrosos,
Ni
una fotografía, ni siquiera un recuerdo hermoso.
Solamente
algunos papeles y escritos en el suelo,
Encontraron
anaqueles, pero no encontraron consuelo.
"Aquí no vive nadie, ¿Ahora donde me encuentro?"
Y
el espíritu lo invito a salir de esos adentros.
De
camino se encontraron con un rostro conocido,
Era
Juanelo Jones que pasó con velocidad,
Corría
despavorido, huyendo de la autoridad.
Él
era ya un adulto, Oscar no se lo esperaba,
Parecía
un terrible insulto, a su inocencia pasada,
Al
pasar este a su lado, su bolsillo revisó,
"Esto es inesperado", su cartera se llevó.
Y
recordando quejoso, que solo traía una pijama,
él
se preguntó curioso: "¿Diferente sería la
cosa,
si respondiera al que llama? ¿Si respuesta bondadosa,
le diera al niño que clama?"
"Antes de seguir el relato, ¿pasamos por un
refrigerio?"
Pero
calló de inmediato, pues estaban en un cementerio.
"¿Por qué me has traído aquí? ¡Exijo una explicación!
debo añadir que no es miedo, más bien es precaución."
Y
con su dedo grisáceo, señaló una tumba a lo lejos,
aunque
no se le veían los ojos, los sintió como un apedreo.
Y
un terror indomable, invadió su pensamiento,
al
deducir implacable, al dueño del enterramiento.
"Una pregunta más, estoy obligado a hacer,
¿Son estas sombras de lo que será,
o de aquello que podrá ser?"
El
espíritu parecía mirarlo, y permaneció callado
Y
se acercó lentamente al sepulcro mencionado,
"Oscar Andrés Rodríguez", leyó entonces
sollozando.
"¿Para qué mostrarme esto si no tengo salvación?"
"Estas sombras cambiar puedo, todo tiene solución"
"El espíritu de la navidad honraré en mi corazón,
y lo viviré día con día siempre con devoción.
Te prometo que escaparé de esta eterna soledad
y a la gente dedicaré mi tiempo esta navidad"
"Mi vida viviré en el pasado, el presente y el futuro.
Dime que entonces que cambiar puedo este destino oscuro.
Tendré siempre en mente lo que me enseñaron con fervor,
Pero por lo que más quieras ¡háblame por favor!
De
repente se encontró nuevamente en la sala de su hogar,
¿Será
que todo realmente se encontraba en su lugar?
Por
la ventana observo que amanecía con cordialidad.
¨ ¡Esto sí que es un milagro! ¡Estoy Vivo! ¡Es Navidad!"
En
pijama engalanado, salió hacia el exterior,
En
la noche había nevado, era un blanco esplendor.
Y
bailando entre la nieve, cantaba alegremente,
"Hoy es navidad, mejor tiempo solo el presente."
Y
corriendo hasta su casa, busco en su habitación,
una
caja de música, que guardaba una canción.
Escogió
de entre sus cosas, una figura de acción,
los
envolvió lo mejor que pudo y escribió una invitación.
Salió
a casa de Vicente, el anciano que agravió,
Y
aquel primer presente, para su nieta le dio.
Le
dio un abrazo fuerte, le deseo felices fiestas,
y
el anciano felizmente, de su casa le abrió las puertas.
Después
a buscar a Juanelo, hacia las calles salió.
y
el muchacho al encontrarlo, un juguete le obsequió.
Y
jugaron alegremente, en el frío del parque matutino.
¡Pues
para ser un hombre hay que tener corazón de niño!
A
ambos personajes entregó una invitación,
para
cenar en su casa en una celebración.
Fueron
Vicente y su nieta, Juanelo y sus padres,
Y
Oscar partió el pan, en un hermoso encuadre.
Y
como a los fantasmas les dijo, sus días trata de vivir,
con
navidad en su corazón, y con los demás compartir.
Y
para terminar este poema, que se acaba de todos modos,
Abrir
el alma vale la pena, ¡Que Dios los bendiga a todos!